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Hospital Rural de Kaphiri

Entrevista a Maria José Rouco



Maria José Rouco tiene una presencia frágil, una voz aguda en el tono, tranquila y serena en el compás y susurrante, en el volumen. Sin embargo, es firme a la hora de emitir juicios y decir las cosas claritas y con contundencia. Podría decirse que sentencia cuando habla después de que sus ojos analíticos lo hayan escrutado todo tras sus gafas de metal. No deja pasar ni una sola ocasión para decir lo que piensa y resulta evidente que nadie ha sido capaz de sellarle los labios. Desde un principio nos avisa. No le gustan los periodistas debido a varios encontronazos que ha tenido anteriormente con algunos de ellos por su relación familiar con el obispo Rouco Varela. Por lo que penetrar en su quehacer diario es casi un privilegio. La seguimos expectantes mientras con ese caminar encorbado al que siempre sigue una tos seca comienza a pasearse por cada sala del hospital. Cuando llega a maternidad su cara cambia, se ilumina con una sonrisa, coge a los niños en brazos y se mimetiza con las madres. Entonces empieza a hablar de manera relajada sobre sus experiencias. Después de tantos años viviendo en Malawi el chichewa para ella casi no tiene secretos y se dirige a las mujeres como su confidente, su amiga y su maestra. Su canto y sus palmas para alegrar el día a las enfermas cambian de pronto todo el concepto de nuestra primera impresión. Su impenetrabilidad llega tan sólo hasta la sala de maternidad.


Hay tantos niños con desnutrición….y los veo tan distintos…
Hay dos tipos fundamentales. El Marasmos presenta niños casi esqueléticos, con la piel cuarteada y arrugada, como si fueran personas mayores. Su talla es mucho menor que la de cualquier otro niño de su misma edad. El otro tipo es el Kwashiokor, que en español significa aquél que tiene un hermano menor, ya que cuando nace un hermano, el mayor ve reducida su alimentación al centrarse todos los esfuerzos en el recién nacido. Entonces, la ausencia de proteínas provocan en el niño falta de ganas de vivir. Son niños de cuerpo hinchado, cuyos manos, pies y cara parecen gordos, la piel se les cubre de edemas y el pelo pierde color. El tratamiento va desde medicación a vitaminas, suero y, sobre todo, una correcta alimentación para que el niño vaya cogiendo peso. Pero, todos ellos llevarán a cuestas toda su vida el estigma de haber sido desnutridos porque su crecimiento y su sistema inmunológico siempre se resentirá.

La malaria es la que más muertes causa después del SIDA ¿cómo la tratáis aquí?
La medicación que subvenciona el gobierno es el Falsidar, que son tres pastillas durante un día y es muy efectiva, el problema es que la mayoría se han hecho resistentes, por lo que se quiere implantar el Artesonato, cuyo coste es de 250 Kwachas el tratamiento completo, pero el gobierno no tiene dinero. Muchos niños mueren porque la malaria les deja una anemia muy grave y sólo pueden mejorarse con una transfusión si se les coge a tiempo. La mayoría de las veces las madres los traen muy tarde, cuando ya tienen mucha fiebre, y además se les junta con la malnutrición, con lo cual la cosa se complica…A veces, por falta de banco de sangre somos nosotras mismas o el personal del hospital los que se la donamos a los pequeños.


Uno de vuestros grandes objetivos es que las mujeres vengan a parir al hospital...¿porqué?

El problema es que muchas mueren porque paren en los poblados atendidas por parteras tradicionales ya que la distancia con el hospital es tan grande que si surge una complicación ya es demasiado tarde para pensar en un traslado. Por eso les decimos que vengan antes de las primeras contracciones, y como verás todos los alrededores del hospital están llenos de mujeres embarazadas esperando el momento para coger una cama. Es lo mejor porque así podemos evitar, entre otras cosas, que una madre seropositiva le transmita el SIDA al recién nacido, ya que antes del parto le ponemos los antirretrovirales y evitamos que la sangre se infecte. Además, les obligamos a venir a las clases preparatorias al parto para realizar un seguimiento desde el primer momento. Unas consultas en las que no sólo se las controla o se las vacuna si no que se les conciencia sobre la maternidad tanto a ellas como a los padres, que normalmente se desvinculan de todos estos asuntos y también están obligados a venir.

 

¿Tenéis aquí la posibilidad de hacer Test de SIDA?
Sí, gracias a Dios tenemos los aparatos y el laboratorio necesario gracias a las aportaciones que han ido realizando diferentes organizaciones humanitarias, como Manos Unidas, que también nos puso la luz hace sólo ocho años, y la zaragozana Wawitai. Los resultados los conocemos rápido porque como no hay burocracia en tan solo una hora sabemos si una personas está infectada o no. El problema es que muchos no quieren saberlo o no sabemos cómo decírselo. Haría falta un psicólogo también para afrontar este problema de los enfermos y los familiares porque en realidad no tienen el dinero para costearse el tratamiento, unas 2.500 Kwachas (30 euros al mes), y no tienen más futuro que aceptar la muerte. Ahora Wawitai realiza el programa “Mother to child transmisión” ofreciendo el test gratis a las madres. 100 pruebas cuestan 15.000 Kwachas, pero haría falta más dinero para subvencionar la medicación. También Medicus Mundi Asturias está trabajando mucho en este sentido, desarrollando programas de prevención.




ACTUALIZADO: 18-OCT-2003
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