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centros de acción

St.Mary Rehabilitación Centre (CHEZI)


Misioneras de Maria Mediadora
Las misioneras de Maria Mediadora fueron fundadas en Bayona , Pontevedra , en 1 9 4 2 por Rosario Fernández Pereira , dominica

de clausura, ayudada por el también dominico Esteban González Vigil. Tras la Guerra Civil de 1936, con todo lo que supuso de ruptura y dolor en las familias españolas, la Madre Rosario que había sufrido esas consecuencias en su propio ámbito familiar, quiso crear dentro de la iglesia un grupo de hermanas que vivieran el mandamiento del amor en todas sus dimensiones, no sólo en la comunidad, sino también en las distintas misiones que les encomendaran. Desde 1942, la congregación ha ido creciendo y extendiéndose hasta estar presente en España, Italia, Colombia, India, Honduras y Malawi. La llegada de las primeras misioneras a Malawi en 1986 respondía a un deseo expreso del Capítulo General de 1982 y cerraba una larga historia de intentos frustrados por insertarse en África.

La Misión
En la zona rural de Dowa, a 80 kilómetros de la capital (Lilongwe), la misión de Chezi ("colina" en chichewa) surgió en una de las zonas más pobres del país con el objetivo de erradicar la malnutrición infantil mediante la medicina preventiva. Se empezó en 1992 con un Centro de Rehabilitación de Malnutridos que acoge a niños con sus madres. Más tarde, debido a las necesidades acuciantes, se amplió a la recogida de 150 niños huérfanos del SIDA así como al seguimiento de más de 700 niños de los alrededores que, a pesar de vivir con sus familias, necesitaban especial atención. La misión también cuenta con un dispensario que atiende más

de 100 consultas diarias, un hospital con 200 camas, una granja-huerta-escuela, ocho casas de 16 niños huérfanos con 2 madres adoptivas que se han quedado viudas, una clínica ambulante y clases de alfabetización y refuerzo para escolares. El personal es de unas 70 personas, además de las seis religiosas de Maria Mediadora, y su funcionamiento le ha convertido en todo un modelo a seguir. Cuenta con la colaboración de varias ONG´s españolas.



La labor de Chezi

Cuando en 1993 las Misioneras de Maria Mediadora inauguraban St. Mary´s Rehabilitación Center nunca pensaron en él como un centro de acogida de niños huérfanos del SIDA. En sus comienzos se creó como centro de recuperación de niños desnutridos
y sólo después, cuando comprobaron que algunos de estos eran huérfanos y sobre todo que en los poblados vecinos había muchos más, abrieron sus puertas a esta necesidad. Habían llegado en 1986 para hacerse cargo del Hospital de Mlale y desde allí el entonces obispo de Lilongwe, Mhatias Chimole, invitó a las misioneras a abrir una nueva misión en la carretera que une Lilongwe con el Lago Malawi, en el Distrito de Dowa, a 80 kilómetros de la capital. “Cuando llegamos a la zona no había nada- cuenta María Victoria Cobos, una de las misioneras que aún hoy continúa en Chezi- sólo chozas que la gente movió de sitio para que se pudiera construir la misión. En ese momento nunca pensamos en éste como un centro para huérfanos, pero la necesidad salió a nuestro encuentro y tuvimos que responder a ella, acogiendo a los niños que había perdido a sus padres por culpa del SIDA. De esas muertes teníamos experiencia por nuestro trabajo

en el Hospital de Mlale , pero ahora teníamos que dar solución al efecto de esas muertes”.

En St. Mary´s la historia se repite cada vez que un nuevo huérfano llega al centro. La madre muere al dar a luz quizá porque su cuerpo ya está demasiado debilitado por el SIDA, que afecta oficialmente al 20 por ciento de los malawianos, o porque el parto se complica y la distancia con el hospital es demasiado grande como para pensar en su traslado. La familia no puede hacerse cargo del bebé y entonces lo llevan al centro. “Siempre pedimos que el bebé venga acompañado por los familiares más cercanos de la madre, si es posible del padre, y también del jefe del poblado que actuará como testigo y reafirmará con su presencia que todo lo que se cuente es cierto”, explica Victoria.
En la actualidad viven en la misión unos 160 niños huérfanos. Ocho casas acogen a estos niños en grupo de doce a catorce, de distintas edades, que están a cargo de madres “postizas”. Dos de estas mujeres son las responsables de cuidar de ellos, son las madres de la casa, las encargadas no sólo de velar de ellos si no también de educarles y transmitirles los valores de su cultura.
Estas mujeres suelen ser viudas que tienen en el poblado su propia familia a la que ayudan desde la misión con su salario. “Procuramos que nuestros niños pasen al menos un mes en su poblado para que no pierdan el contacto con sus familiares, para que experimenten la vida en el pueblo, la dureza del día a día, porque mientras que viven en la misión están protegidos y no son muy conscientes de todo lo que sucede fuera”, cuenta Victoria.

Paralelamente a estos niños que iban llegando a la misión, otros eran llevados con la única intención de que se les registrara como huérfano y se les ayudara en su poblado. En la actualidad más de 400 críos están registrados en este programa. Se les sigue en las distintas escuelas, se les ayuda tanto en el ámbito escolar como en el sanitario y en cualquier necesidad urgente que tengan. “Lo malo es que la gente sigue muriendo de SIDA y siguen quedando muchos niños huérfanos, mientras que nosotras no tenemos más sitio para acogerlos”, afirma Victoria.
Junto al programa de huérfanos Chezi es un lugar de recuperación de niños malnutridos, los auténticos perdedores de la lucha diaria de Malawi ya que sufren las consecuencias de las hambrunas, la falta de preparación de sus madres y los desastres de una nula planificación familiar en todos los sentidos. Lo peor es que llevarán a cuestas toda su vida el estigma de haber sido en alguna ocasión malnutridos. Para ellos hay una zona reservada dentro del centro de salud en el que quedan ingresados hasta su recuperación a base se medicación, vitaminas y una correcta alimentación. Los casos de malnutrición, la
mayoría de las veces, son detectados en las cinco clínicas que la misión tiene en las montañas de Dowa y a las que acude mensualmente, desplazando un equipo médico y de auxiliares para controlar el peso y vacunar a los menos de cinco años. Este equipo depende directamente del centro de salud que se integra dentro de la misión. Además Chezi realiza periódicamente repartos de alimentos cuando la situación de urgencia debido a las hambrunas se dispara. Entonces la misión se puebla de miles de personas para recoger un plato de comida que se encargan en enviar distintas ONG´s españolas.





ACTUALIZADO: 16-OCT-2003
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